24 de mayo de 1974, Sueño Profético de Madrecita Laura Antonia: “Había una guerra atómica en el Mundo. En varios países explotaban las bombas nucleares. También en Chile. Hasta los países pequeños tienen bombas atómicas escondidas. Son pactos secretos. Todos los países de Sudamérica tienen bombas atómicas. Fuego en el cielo. Explotaban los balones de gas licuado. Había muchas explosiones. Era la locura del hombre, la locura de la Bomba Atómica. Todo se quemaba.”
La guerra encubierta entre Oriente y Occidente que azota en estos días a Medio Oriente, y que genera gran tensión en Corea, puede desembocar en cualquier momento en una Conflagración Nuclear Mundial, que será la “Abominación de la Desolación” profetizada en el Antiguo y Nuevo Testamentos de las Sagradas Escrituras de la Biblia. Esta Profecía fue sostenida también por Madrecita Laura Antonia, la Profeta del Apocalipsis, en el siglo XX, según hemos señalado al comienzo.
Por Revelación Sagrada de los Maestros de la Cosmogonía hecha a través de Madrecita, supimos que la Guerra Nuclear ya ocurrió en la Historia de la Civilización Terrestre. En efecto, en el año 1.190 AC. (Que corresponde a la fecha del Éxodo del antiguo pueblo de Israel, guiado por el Profeta Moisés, desde Egipto hacia la tierra de Canaán) hubo una Guerra Nuclear entre Oriente y Occidente, donde el bombardeo recíproco causó tal destrucción masiva en los países directamente involucrados, que no quedó ni siquiera el más pequeño vestigio, ni nombre, ni recuerdo alguno de esa Civilización pulverizada por el fuego de aquel Holocausto Demencial.
Los horrendos e inhóspitos desiertos que abarcan enormes extensiones de territorios, tanto en Oriente como en Occidente, son un mudo testimonio de la soberbia del hombre, llevada hasta la locura destructiva. Los desiertos de Gobi, en Asia; de Kalahari, en Sud África; de Sahara, en Norte de África; el desierto de Australia, el “Valle de la Luna”, en Atacama Chile y Argentina; el “Valle de la Muerte” en California, Estados Unidos, son algunas de las zonas que fueron arrasadas en la guerra Nuclear del siglo XII AC. En esos desiertos estuvieron ubicadas diversas naciones, pobladas por millones de seres humanos y especies animales y vegetales. Durante siglos construyeron admirables civilizaciones y lograron grandes avances tecnológicos. Entonces sus habitantes se creyeron suficientes, sabios y perfectos, pero olvidaron al Divino Padre Creador y atropellaron Sus Leyes Sabias y Perfectas. En su inaudita soberbia, los hombres jugaron a ser dioses y manejaron a su amaño fuerzas de la Naturaleza desconocidas y poderosas, causando así la autodestrucción de la humanidad en aquella remota época.
Valle de la Luna |
Desierto de Gobi |
Desierto de Australia |
Desierto de Kalahari |
Agradecemos a Don Luis Alberto Morales Castro, con su excelente vídeo sobre los efectos de una Guerra Nuclear, coincide en su tenor con nuestro artículo.
“Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad. Así sea”
Madrecita Laura Antonia
Realmente impactante lo que nos espera cuando el hombre en su necedad haga estallar sus poderosas armas nucleares, la locura colectiva que reina en el planeta, será el detonante para que esto ocurra.
Solo la protección del Divino Padre Creador, Dios Todopoderoso, será el único escudo que tendrán los elegidos, los formadores de la próxima civilización, una vez que llegue ese horrible día.
Bendito y Alabado sea el Divino Padre Creador, por siempre y para siempre, y por los Siglos de los Siglos. Amén.
Él Divino Padre Creador en su justicia castiga y da termino a las civilizaciones en su momento exacto, cuando el hombre se cree suficiente, sabio y perfecto, olvidando al Divino Padre Creador y a sus leyes perfectas.
El sueño profético de Madrecita Laura Antonia indica hacia donde va dirigida esta civilizacion….. ……Hacia la locura del hombre, la locura de la bomba atomica. Bendito y alabado sea Él Divino Padre Creador, que se haga Su Divina y Santa voluntad.
Juan
Los desastres nucleares ya han ocurrido en la Tierra por la necedad del hombre, quien en su avance tecnológico y científico cree igualar y muchas veces, superar a Dios, manipulando los genes humanos y organizando experimentos en laboratorios, que van en contra de las leyes del Padre.
Una renovación del planeta dará origen a un mundo más elevado, para todos los espíritus que buscan progresar y acercarse a su Creador Divino.
Aleluya, Aleluya, Aleluya