(De “Il Corriere della Sera”, 11 de noviembre de 2018, de Allesandro Fulloni) [traducido del italiano]

En estos días, hemos visto a los líderes mundiales de los países “top ten” de nuestro mundo, en Argentina, en la estira y afloja de la defensa de sus ganancias comerciales y de la forma de aumentarlas, para hacerse cada día más ricos.

Pero causa asombro la inconciencia de ellos, al perseguir frenéticamente las fabulosas pero efímeras ganancias económicas, mediante la explotación de los recursos naturales de nuestro planeta, haciendo oídos sordos a las reiteradas advertencias de los científicos, sobre el tremendo “Talón de Aquiles” que gravita sobre el género humano y todas las especies que pueblan nuestro planeta.

Este “Talón de Aquiles” comprende la deforestación masiva e indiscriminada, la contaminación de los lagos, ríos y las aguas del mar, lo que está causando la muerte de los seres marinos, e incluso la muerte de algunas zonas del mar, lo que, de no ser remediado, puede causar la muerte de todos los océanos del planeta. Además, la contaminación del aire y de la tierra, con deshechos industriales y radioactivos, etc.

A este tétrico panorama están los efectos catastróficos del Cambio Climático, que está generando numerosos y variados efectos nefastos, cada vez más violentos y mortíferos.

En vez de una “Guerra Comercial”, debería haber una “Paz Internacional”, para encarar estos problemas, para buscar acuerdos y tomar medidas, con amplitud de criterio y altura de miras, por el bien de la humanidad.

Las naciones líderes gastan sumas fabulosas en la Conquista Espacial, de la cual están muy ufanos, y en la demencial carrera armamentista con misiles nucleares de autodestrucción total. En atención a la crisis gravísima en que se encuentra nuestro planeta Tierra, estas naciones líderes, deberían volcar esos recursos en una acción conjunta de todas las naciones, para salvar a nuestro Mundo y así eliminar este “Talón de Aquiles”, que significa la actual agonía de nuestro planeta nodriza.

Recordemos que la Ilíada nos cuenta que una sola flecha de Paris, dio en el talón del invencible Aquiles y lo mató.

“Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad.”