Eran las 9 de la noche en la casa de una tranquila familia de la ciudad, hacia frio afuera, pero dentro estaba tibio. Dentro del hogar había un pequeño niño y su padre viendo las noticias frente al televisor, sin embargo, todas las noticias mostraban desastres naturales, lluvias, inundaciones, incendios y destrucción, por lo que el niño le pregunta a su padre:
¿Por qué el planeta está tan dañado, papa?
El padre sorprendido de la pregunta y sin saber muy bien cómo responder, le dice:
Es culpa de la contaminación.
A lo que el niño le responde:
No papa, esto es porque la gente es mala con Dios.
El padre atónito le dice:
¿Y acaso tú has visto en algún lado a Dios?
A lo que el niño le contestó:
¿Acaso tú no lo ves? Si él está en todos lados.
Es un hecho que en estos tiempos actuales la mayoría de la humanidad no cree en Dios, el hombre se cree dueño y señor del universo y niega la existencia de un Creador, un Ser superior, pero ¿Quién es el culpable de todo esto?
Por un lado, es culpa de las falsas religiones de la Tierra, que estuvieron años y años, haciéndose ricos, atemorizando a las personas con sus falsos dogmas, por lo que después de mucho tiempo, las personas al darse cuenta de la falsedad de sus creencias prefirieron darle la espalda a todo el mundo religioso.
Por otro lado, también es culpa de la soberbia de los hombres, que al ver como avanzaban sus desarrollos científicos, empezaron a sentirse poderosos y llenos de armas, por lo que empezaron a negar a Dios, para sentir que ellos eran los seres más superiores del Universo, para sentirse ellos mismos, como dioses.
Hay conocidos científicos, como Stephen Hawking, que pasaron toda su vida tratando de demostrar que Dios no existía, dando y dando teorías solo para negar su existencia, incluso Hawking llegó a decir: “Para mí, la solución más simple es que no hay Dios, nadie creó el universo y nadie dirige nuestro destino”.
¿Cómo es posible tanta soberbia?, ¿Cómo es posible tan ceguera?
La humanidad trata de darle una explicación científica a las cosas que desconoce, tal como ciegos dentro de una cueva, que tratan de darle una explicación a la luz.
Dios, nuestro Padre, está en todos lados, todo es su creación, todo existe porque es su voluntad.
¿Cómo Puede la humanidad buscarle teorías a la creación de las cosas, si primero no entiende para que fue creado?
Nuestro Padre Dios está en todos lados, por más que las personas soberbias intenten darle una explicación con leyes físicas y biológicas a las cosas, no aceptan que esas mismas leyes fueron creadas por nuestro Padre.
Desde que reencarnamos en este plano, todo es parte de su voluntad, ¿Acaso como es posible que el cuerpo físico de un hombre y una mujer puedan juntarse para así crear un nuevo ser? Y más importante aún, ¿Cómo podría darle el hombre vida a este nuevo ser, si no llegará un espíritu a reencarnar en él?
El nacimiento de un niño es una prueba irrebatible de la existencia del Padre. En primer lugar, lo vemos cuando el material genético de un hombre y mujer se combina para crear un nuevo ser y el cuerpo de la mujer se adapta de tal forma que consigue procesar ese material genético hasta convertirlo en un bebe. Esto es solo gracias a que el Padre nos ha otorgado un cuerpo físico, una maquina perfecta, la cual puede hacer todas estas cosas de forma automática, instintivas, sin seguir la voluntad del hombre, sino que instintivamente siguen las leyes biológicas creadas por nuestro Padre Divino.
Y en segundo lugar vemos la obra del Padre, cuando en este nuevo cuerpo físico, encarna un espíritu, el cual le da vida a este cuerpo físico. Este espíritu llega con cientos de experiencias y conocimientos de sus vidas anteriores, sin embargo, nacerá como un bebe, sin conciencia en sus primeros años, pero creciendo en este mundo gracias al desarrollo instintivo de su cuerpo físico, hasta que finalmente pueda tener la conciencia de sus actos, y si el Padre lo permite, podrá recordar algunos aspectos de sus vidas pasadas.
Esta sincronización perfecta que permite que un espíritu, que lleva miles de reencarnaciones, pueda reencarnar en la Tierra exactamente en el lugar y en el momento exacto para tener una vida que le permita pagar sus karmas y progresar en esta vida terrenal tal como fue planeado su destino en el auto juicio, es solo gracias a las leyes universales que Nuestro Padre ha creado, leyes que van más allá del entendimiento de cualquier humano.
Este “milagro de la vida” es solo gracias a la voluntad de nuestro Padre y si él nos permite en esta vida ser padres biológicos, no queda más que agradecer con todo el espíritu permitirnos vivir este proceso, pero sabiendo que todo es por su Voluntad Divina.
Tal como lo decía el niño de la historia: Dios, nuestro Padre Divino está en todos lados, sin embargo, solo si el hombre deja de lado su soberbia y comienza a ser humilde, podrá mirarlo.
Hno. Esteban López.
¡Hermosa reflexión! Como bien señala el escrito, Dios está en todas partes pero la soberbia ha nublado la vista de los hombres. Que maravilloso es poder constatar la presencia de Dios en las pequeñas y grandes cosas que vemos a nuestro alrededor y que llenan el universo. ¡Gloria a Dios en la alturas y paz a los hombres de buena voluntad!