¡MARAVILLOSO ANIVERSARIO!

Madrecita Laura Antonia. La Profeta Chilena del Apocalipsis
1938-2003

El 54° Aniversario de la Fundación de la actual Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén, fue conmemorada por los hermanos integrantes, en su Sede de Calle Los Cipreses 2639 de Villa Huertos José Maza de La Pintana, con una Cadena Sagrada de Oraciones a nuestro Divino Padre Creador, en la Plataforma de Oraciones, al aire libre a las 20 horas.
Durante la ceremonia Sagrada se observaron estrictamente los protocolos de sanidad y prevención establecidos por la Autoridades del Ministerio de Salud de Chile.
Numerosas Naves intergalácticas e interplanetarias de los Maestros de la Cosmogonía Universal volaron sobre nuestro Templo Sagrado en adhesión y apoyo a los hermanos integrantes de nuestra bendita Congregación. Los Maestros nos han guiado y protegido desde la Fundación hasta el día de hoy, con la Gracia de nuestro Señor Padre Creador y de Su Hijo Dilecto nuestro Divino Maestro Jesús.
Terminada la Cadena de Oraciones, los hermanos se retiraron gozosos a sus hogares, directamente, sin confraternizar.
A continuación, transcribimos el Sermón de Monseñor Carlos Opazo, que fue leído durante la ceremonia por Monseñor Esteban López:
Mensaje del 54° Aniversario de la Fundación de nuestra Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén.
“Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad.
Amados hermanos de nuestra Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén:
Hoy 2 de octubre de 2021, los hermanos fieles al Padre conmemoramos la llegada de la Luz de la Verdadera Palabra de nuestro Divino Padre Creador a la Tierra, a través de Su Hijo Dilecto nuestro Divino Maestros Jesús, el Mesías, que envió a Su Ángel Mensajero a plantar el Árbol de la Vida, a través de Madrecita Laura Antonia, la Profeta Chilena del Apocalipsis, el 2 de octubre de 1967 en Santiago de Chile.
Hoy, firmes en la fe y guiados desde Lo Alto por nuestros Maestros de la Cosmogonía gracias a la Profeta Sucesora, también a nuestra presidenta Monseñora Ivonne Valdés y los hermanos del Directorio, hemos podido reunirnos una vez más en nuestro Templo Sagrado, para conmemorar esta fecha trascendental para la humanidad y para agradecer con todo nuestros espíritu y nuestro ser, a nuestro Padre Divino y toda Su Corte Celestial por la maravillosa protección que nos han brindado en medio de esta mortífera Pandemia nunca vista, que ha arrasado con el género humano de la Tierra, en justo castigo a su maldad, ateísmo y perversión.
En realidad, no tenemos las palabras adecuadas para agradecer como se merece, a nuestro amadísimo Divino Padre Creador del Universo Infinito y Maravilloso, Obra Perfecta de Sus Manos, y Autor de las Leyes, Eternas, Perfectas e Inmutables que rigen el eterno devenir del Cosmos Infinito y Variado en eterna transformación. Al Ser Óptimo Máximo, Único Dueño y Señor de los destinos de los hombres y de todo lo que existe. ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
También hacemos extensivos nuestros agradecimientos a nuestro amado Divino Maestros Jesús, el Mesías, y a los Maestros de la Cosmogonía por su sacrificio y su amor sin límites, ya que han llegado desde remotos lugares del Universo y también desde planetas cercanos, a prestarnos ayuda. Una inclinación reverente a todos y cada uno de ellos, de parte de estos gusanillos terrenos que vivimos en esta Tierra de tinieblas, pero con una lucecita encendida en cada espíritu nuestro, gracias a la Misión Sagrada de Madrecita Laura Antonia la Profeta chilena del Apocalipsis, que por Mandato Divino trajo la Verdadera Palabra del Divino Padre Creador a la Tierra en el siglo XX de nuestra Era.
Hacemos todos esta noche el firme propósito de seguir adelante llevando en alto el Estandarte Sagrado de la Verdad y de la Justicia de nuestro Divino Padre Creador, el Supremo Juez del Universo, de Su Hijo Dilecto, nuestro amado Divino Maestro Jesús, el Mesías y toda Su Corte Celestial.
Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad.
Un abrazo fraterno a todos mis hermanos en esta fecha sagrada y besitos a los pequeños de nuestra bendita Congregación, en un recuerdo de Madrecita Laura Antonia que dio la Luz Divina a nuestros espíritus. Que nuestro Divino Padre os bendiga a todos.
Monseñor Carlos.

Estimados lectores:
Para terminar, os invitamos a ver la recreación histórica del momento sagrado de la fundación del Centro Espírita Paz y Amor, el primer nombre de nuestra actual Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén, realizado por hermanas integrantes de nuestra Congregación.

“Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”.

Padre amado: Bendito sea Tu Santo Nombre por los siglos de los siglos…

Antes de empezar esta humilde reflexión, vaya todo mi amor para nuestro Padre Divino, que nos ha dado el Ser y la Vida.

Su Esencia Divina está en Todo, porque Él lo es Todo. Su Maravillosa Inteligencia, el Éter, llena todos los espacios del Universo Infinito. Su Substancia Única y Vibrante, está en un continuo proceso de vida, cambios y renovación. ¡Cómo no caer de rodillas en cada momento de nuestras vidas, al pensar que somos hijos de este Maravilloso Padre!
Toda la Naturaleza lo está alabando al brindarle sus bellas flores, de hermosos colores y sus perfumes delicados; los juguetones pajaritos, que Lo alaban en su primer trino, cuando son despertados por la rosada aurora. Los árboles, el viento, el agua y toda Su Creación de Sabiduría, Belleza y Justicia.
Si nos adentramos en un bosque o un jardín, podemos sentir la energía que emana de ellos. Si abrazamos a un árbol, cerrando los ojos, juntando nuestra alma a la del árbol, lo podemos sentir y experimentamos su dulzura y su fuerza. Es admirable como ellos allí están, quietos, erguidos, haciendo así la Voluntad de nuestro Padre amado. Y alabándolo constantemente, purificando el medio ambiente para permitir la vida de los demás seres.
El agua, hermana nuestra, hija también de nuestro Padre amado, que ocupa los grandes abismos de los océanos, donde el Padre hizo comenzar la vida orgánica.
Cuando Moisés, en el momento de la evolución de la Tierra, en sus primeras etapas, vio que el espíritu del Padre se cernía sobre la haz del Abismo y fue creada el agua y lo fue llenando todo en la Naturaleza: ya como los inconmensurables océanos, o convertida en inmaculadas nieves, o deslizándose en compactas masas de hielo, irresistibles, de los ventisqueros. O fluyendo en armonioso rumor jugueteando en los límpidos arroyos de los bosques, o como las infinitas gotas de lluvia, que al caer sobre la Tierra y filtrarse en sus entrañas, le dan la vida a la pequeña semilla, que está esperando su acción fecunda y vivificante.
El agua no tiene una forma definida como otras especies de la Naturaleza. Ella toma la forma que es necesaria en el momento determinado, siempre cambiando, siempre fluyendo, como una corriente de vida.
Ella, sumisa, hace la Voluntad de nuestro Padre, dando vida a los diferentes seres de Su Infinita Creación.
También obedeciendo la Voz de la Ira Divina y en Perfecta Justicia, puede arrasar todo lo que encuentra a su paso, para lavar la iniquidad del hombre de sobre la faz de la Tierra.
Pero el hombre, que fue creado a imagen y semejanza del Padre, es el único ser rebelde, que se niega a cumplir su misión como es debido. A pesar de eso, nuestro amado Padre aun nos espera, dándonos nuevas oportunidades, para que, cumpliendo Sus Mandamientos Sagrados, podamos progresar en nuestros espíritus y así ascender a Mundos Superiores, donde reinan el Amor, la Paz, la Justicia y la Armonía.

“Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”.

Hermana Cecilia Palacios P.

La Pintana, el Templo, 22 de marzo de 2015.