Nuestro Divino Maestro Jesús, el Mesías, enseñó: “Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. 14 Y se cumple en ellos la profecías de Isaías, que dice: “De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no veréis. 15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y de las orejas oyeron pesadamente y cerraron sus ojos, para que no vean de los ojos, y oigan de las orejas, y del corazón entiendan, y se conviertan, y los sane.” 16 Mas bienaventurados vuestros ojos, porque veis, y vuestras orejas, porque oyen. 17 Porque en verdad os digo, que muchos profetas y justos codiciaron ver los que veis y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.” (Mateo, Cap. 13, Vs. 13 al 17).
¡Bienaventurados son aquellos hombres y mujeres que al contemplar el firmamento estrellado de una noche de verano, prorrumpen en alabanzas al Divino Padre Creador! Sólo se necesita un poco de buena voluntad para observar la perfección de cada detalle de la Naturaleza, que es la Obra Perfecta del Divino Creador: Un ave, una hoja, un insecto, la belleza del cuerpo humano, un rincón de un bosque nativo, un mar, un lago…
El firmamento. (Extraordinaria fotografía del célebre fotógrafo Michael Shainblum) |
Pero vayamos al tiro a la raíz del asunto: Aquellos que niegan enfáticamente la existencia de Dios, como Mr. Hawking, el renombrado físico y matemático inglés, que asegura que no existe Dios y que el Universo salió de la Nada: ¡Craso error metafísico y filosófico! ¡La Nada no puede producir nada!
La Nada está fuera del Círculo del Universo, dentro del cual reina el Creador Divino, y la Vida total y triunfal bulle por todos sus confines; la vida y la eterna transformación: Creación, transformación, destrucción y creación nuevamente. Así como es la vida del Universo, es la vida del hombre. Así lo muestran las 4 Leyes de la Vida: Nacer, Vivir la vida de la Tierra, Desencarnar y Reencarnar.
Pero veamos: Todo lo que existe en el Universo tiene una Causa. Si investigamos hacia atrás, llegamos al momento de la Causa Primera de Todo. Ése Es el Creador Divino. Y lo nombramos “Creador Divino” con reverencia, porque Su Obra, el Universo Infinito y Perfecto, jamás ha podido ser creado por una mente humana terrena, pues el Universo siendo perfecto en su inmensa totalidad, está regido además con sincrónica y cronométrica armonía por Leyes Perfectas e Inmutables. Debemos entonces concluir, que el Universo ha sido creado por una Mente Perfecta, porque solo de una Causa Perfecta, resulta un Efecto Perfecto. Esta Mente Perfecta, Su Espíritu Divino, que está derramado por todo el Cosmos, de Sí Mismo ha sacado Todo lo que existe.
Claro que otra cosa son las religiones que profesan los hombres terrenos, con sus dogmas milenarios estáticos y retrógrados, petrificados en el pasado, hechos por hombres que no conocieron jamás al Divino Padre Creador y a la Verdad que emana de Él. Pero eso ya es harina de otro costal.
Os invitamos, amable lector o gentil lectora, a recordar lo que escribieron hombres que en el pasado, supieron ver y apreciar la belleza de la Naturaleza:
Veamos lo que Cervantes dice en su obra “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, sobre el proceso natural y cotidiano del amanecer: “Apenas había el rubicundo Apolo tendido por la faz de la ancha y espaciosa tierra las doradas hebras de sus hermosos cabellos, y apenas los pequeños y pintados pajarillos con sus arpadas lenguas habían saludado con dulce y meliflua armonía la venida de la rosada Aurora, que, dejando la blanda cama del celoso marido, por las puertas y balcones del manchego horizonte a los mortales se mostraba”…
O el poeta y escritor ruso Alexander Pushkin, en su obra “Eugenio Oneguin. He aquí algunos trozos: “Empezóme a gustar la soledad de las excursiones nocturnas, la noche, las estrellas, la luna — esa lámpara celeste a la que también nosotros hemos consagrado tantas lágrimas, tantos sufrimientos, alegrías y tristezas”…
“Gustábale asomarse al balcón y esperar allí la salida del sol, viendo como desaparecían las estrellas en la luz de la aurora y el nacer el nuevo día al soplo de la brisa matinal”…
“Ya pues el cielo se vestía con los colores del otoño, ya el sol aparecía con menor frecuencia y los días se hacían más cortos. Las sombras misteriosa de los bosques veíanse más transparentes al rumor triste de la caída de las hojas. Inundaba la bruma los campos, y una bandada de gansos chillones marchaba hacia el mediodía. Eran los días más tristes de año: los de noviembre.”
“Llegan por fin a un bosque. Ante ella se levantan, en toda su sombría belleza, pinos cuyas ramas se doblan bajo el peso de grandes copos de nieve. Entre el ramaje desnudo de los abedules, olmos y tilos, resplandece la luz de las estrellas. El camino se pierde entre arbustos cubiertos por el blanco manto.”
“Se abre la puerta y entra Olga, más hermosa que la aurora boreal y más ligera en sus movimientos que la propia golondrina.”
La mujer es el adorno de la naturaleza (Aishwarya-Rai- y paisaje) |
“Los rayos primaverales han derretido ya las nieves de las cercanas montañas y olas de agua turbia inundan los campos. La Naturaleza sonríe al año ya maduro. Brilla el cielo azul y los bosques aun transparentes parecen cubrirse de verde plumaje, las abejas salen en busca de miel, de sus moradas de cera. Los valles, al secarse, llénanse de obscuras manchas; mugen los rebaños; y el ruiseñor empieza a cantar en el silencio de las noches.”
“Vemos allá donde el riachuelo corre serpenteando entre las colinas por los verdes prados, para desembocar en un río después de recorrer un bosquecillo de tilos. Allá el ruiseñor, enamorado de la primavera, canta durante toda la noche; allá florecen las rosas silvestres y susurra la fuente”…
O veamos a León Tolstoi en “Resurrección”: “Nejliudov sintió calor; se acercó a la ventana que daba al jardín y la abrió. La fresca noche, iluminada por la luna, era de una calma purísima; durante unos momentos se oyó a lo lejos ruido de ruedas; después todo quedó de nuevo en silencio. Ante la ventana, un alto álamo desnudo proyectaba su sombra en el gran patio vacío, dibujando extrañas figuras; a la izquierda, una casita con el tejado blanco, bajo el rayo argentado de la luna, acercaba al álamo la sombra obscura de las paredes. Nejliudov contemplaba el jardín, el tejado iluminado por la luna y la sombra del álamo; escuchaba aquel silencio majestuoso, respiraba aquel aire fresco y vivificante y de su corazón conmovido brotó una exclamación de júbilo. — ¡Dios mío! ¡Qué hermoso es esto, que hermoso es! Y pensaba que también era bella la transformación que se estaba operando en su alma.”
León Tolstoi en “Ana Karenina”: “La primavera se aproximaba al fin, bella, cariñosa y sin falsas promesas; era una de esas raras primaveras de que se regocijan las plantas y los animales tanto como los hombres. Aquella estación magnífica comunicó a Lievin nuevo ardimiento, vigorizando su resolución de olvidar el pasado para organizar su vida solitaria en condiciones de independencia”…
“A la caída de la tarde, la niebla que ocultaba la Colina Roja pareció desgarrase como un velo; las nubes se disiparon en forma de blancos copos; y la primavera apareció al fin, la primavera brillante y deslumbradora. Al otro día, un sol magnífico hizo desaparecer las ligeras capas de hielo que aún quedaban sobre las aguas, y el aire cálido se impregnó de los vapores emanados de la tierra. La hierba antigua tomó al punto verdes tintes; la nueva comenzó a brotar en forma de pequeñas agujas; los botones de los abedules y de otras plantas llenáronse de savia, y en sus ramas, bañadas por el sol, los enjambres de abejas precipitáronse zumbando.
Las alondras entonaron su alegre cántico sobre el terciopelo de la campiña desembarazada de nieve; las avefrías parecieron llorar sus pantanos sumergidos por las aguas torrenciales y las cigüeñas y las ocas remontaron su vuelo por las altas regiones, lanzando ese grito tan particular, precursor de la primavera.
Las vacas, cuyo pelaje no crecía ya con regularidad, mugían de placer al salir de sus establos; alrededor de las ovejas, con su espeso vellón, los corderillos saltan torpemente; los niños corrían descalzos por los húmedos senderos, donde dejaban impresas sus huellas, las campesinas conversaban alegremente a orillas del estanque, ocupándose en blanquear su ropa; y por todas partes resonaban el hacha de los campesinos y el crujido de las carretas. La primavera imperaba en todo su esplendor.”
Veamos ahora un trozo de la Leyenda “Los Ojos Verdes” de Gustavo Adolfo Bécquer: …”Tú conoces aquel sitio. Mira, la fuente brota escondida en el seno de una peña, y cae resbalándose gota agota por entre las verdes y flotantes hojas de las plantas que crecen al borde de su cuna. Aquellas gotas que al desprenderse brillan como puntos de oro y suenan como las notas de un instrumento, se reúnen entre los céspedes, y susurrando con un ruido semejante al de las abejas que zumban entrono a las flores, se alejan por entre las arenas, y forman un cauce, y luchan contra los obstáculos que se oponen a su camino, y se repliegan entre sí mismas, y saltan, y huyen, y corren, unas veces con risa, otras con suspiros, hasta caer en un lago. En el lago caen con un rumor indescriptible: Lamentos, palabras, nombres, cantares, yo no sé lo que oído en aquel rumor, cuando me he sentado solo y febril sobre el peñasco, a cuyos pies saltan las aguas de la fuente misteriosa, para estancarse en una balsa profunda, cuya inmóvil superficie apenas riza el viento de la tarde. Todo allí es grande. La soledad, con sus mil rumores desconocidos, vive en aquellos lugares y embriaga el espíritu con su inefable melancolía. En las plateadas hojas de los álamos, en los huecos de las peñas, en las ondas del agua, parece que nos hablan los invisibles espíritus de la Naturaleza, que reconocen un hermano en el inmortal espíritu del hombre”…
Citemos también al gran poeta latino Virgilio, en sus “Geórgicas”, con un notable párrafo sobre las abejas: “Por estas señales y estos ejemplos han creído algunos que hay en las abejas como un reflejo de la Divina Mente y un espíritu celestial, por cuanto, estando difundido Dios por todas partes, en la tierra, en los espacios del mar y en el inmenso cielo, es fuerza que de Él hayan tomado, al nacer, algún aliento vital todos los animales mayores y menores, y los hombres y todo el linaje de las fieras; a Él han de volver, dicen, todos los seres animados, después de disueltos, mas no para morir, sino para volar en vida a las estrellas y perpetuarse en el alto cielo.”
“COMO ES ARRIBA ES ABAJO”
POR QUE UNO SOLO ES EL CREADOR
Por último, amable lector, gentil lectora, permítaseme relatar también nuestro humilde testimonio personal: Hace muchos años, durante mi adolescencia, una tía mía muy querida, profesora primaria, me contó que ella en sus comienzos, enseñó en una escuelita de la zona de Caleta Tubul, en el Golfo de Arauco, en Chile; y que un venerable anciano del lugar le relataba que él en su juventud, una mañana vio amanecer desde lo alto de uno de los cerros ubicados junto al mar, en cuyos escabrosos acantilados anidaba una multitud de aves marinas. A esa hora, en la quietud del amanecer y mientras la luz del sol naciente teñía de rosado al mar y a todo el paisaje, miles y miles de aves volaban sobre el mar próximas a la costa, lanzándose en picada al mar en pos del cardumen de peces, al mismo tiempo que sinnúmero de ellas revoloteaba entorno llenado el aire con sus graznidos. A la luz del amanecer esa infinidad de aves presentaba una visión inolvidable.
El anciano le decía: –“Señora: Yo no era creyente, pero allí, en ese momento, le di gracias a Dios por haberme permitido contemplar ese espectáculo tan maravilloso.”
“Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”
Madrecita Laura Antonia
En los tiempos que corren, el ser humano ha perdido la capacidad de abstraerse del stress de la vida diaria y no se ha dado el tiempo para observar la obra del Divino Padre Creador que está presente en todos lados. Todo proviene de Él, todo ha sido creado por El. Observar el crecimiento de una planta, escuchar durante el amanecer el cantar de los pajaritos, contemplar la lluvia y escuchar su sonido durante el invierno, ver como se esconde el sol en un atardecer de verano. Son cosas simples que tenemos la dicha de vivir constantemente pero que no se valoran porque se vive a un ritmo vertiginoso con la preocupación principal de lograr bienes materiales y provecho propio. Debemos agradecer humildemente cada cosa que vemos y que tenemos a nuestro alrededor. Lo único que se puede calificar de “maravilloso” en este plano es la Obra de nuestro Amadísimo Padre Creador, quien nos da cada día la oportunidad de contemplar y alabar su obra maravillosa y respetar sus leyes divinas. Hagamos un alto en el camino y detengámonos a admirar la creación de Dios Todopoderoso.
Gloria al Divino Padre Creador en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad, así sea.
En este plano, no existen las palabras correctas para poder representar a Nuestro Divino Padre Creador tal cual el lo es.
Se le acercan la sabiduría, amor, justicia y que todo lo puede, que son sus atributos.
La grandeza del Divino Padre no es apta de calcular para ningún matematico, por que no existe número que represente la grandeza y con exactitud su valor, ni cantidad.
Nuestro Divino Padre Creador es lo más grande e importante que existe en toda su morada, que es el Universo. Y nosotros somos una parte de él, ínfima pero lo somos.
En este plano de existencia, el hombre terreno no conoce al Padre Creador, y no lo conocerá, por su soberbia y egoísmo, como el lo reveló en una incorporación.
Las palabras de estos hombres sabios nos llegan profundamente en la consciencia y espíritu. Nos revelan cuan ciegos y soberbios hemos sido.
Viendo pero no vemos, oiendo pero no oímos, nublados y engañados por nuestra soberbia, egoísmo y avaricia. Apartandonos del Padre, perdidos en el materialismo sin sentido.
Todos estos hombres que han escrito para generar consciencia no son escuchados, si no más bien callados o apocados, para que no generen un despertar espiritual en sus semejantes.
El Divino Padre Creador es todo, lo que vemos, lo que oímos, lo que tocamos, lo que percibimos, lo que no podemos ni percibir, ni tocar, ni ver. Pero el esta ahí dentro de cada uno de nosotros y en todo lo que nos rodea, nosotros somos una ínfima parte del Padre Creador.
Abramos los espíritus a la verdad, y entreguemos lo mejor de nosotros en el día a dia, a cada segundo, y en todo lo que nos rodea, sea visible para nosotros o no.
Todo es de Nuestro Divino Padre Creador, nada nos pertenece. Asi que yo llamo a no aferrarse a lo material, es difícil pero no imposible. La verdad está más cerca de lo que nosotros creemos, está en la humildad, en la buena voluntad, en el amor, en la justicia y en todo lo que nos rodea a diario.
Yo llamo a trabajar por el Divino Padre Creador, y ayudar a la Profeta sucesora de Madrecita. Asi podemos ser una sola mente, un solo espiritu. Para entregarnos al Divino Padre Creador en materia y espíritu.
"Gloria al Divino Padre Creador en las Alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad" Así sea.
Estos mal llamados científicos no quieren ver la verdad que se presenta en espectáculos maravillosos y perfectos de la naturaleza aunque esta este pasando por al frente de sus ojos, no la aceptan, porque están cegados por el materialismo que no los deja ver la luz de la verdad que emana de Nuestro Padre Creador; Pero como dijo el Divino Maestro Jesús "No hay peor ciego que el no quiere ver".
"Bendito sea el nombre del Todopoderoso, ahora y para siempre y por los siglos de los siglos, Amén".